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sábado, 18 de octubre de 2014

Un agradable rato en Rato Libro

Melina Pogorelsky me invitó a compartir una tarde con los chicos del taller (por esta ventana pueden conocerlo). Y me llevé una gratísima sorpresa. Habían trabajado sobre un texto mío y me leyeron cuentos y poemas que habían escrito a partir de ese trabajo, hermosos textos de miniescritores geniales. Después llegó la sorpresa, les había llevado los minilibros que hago y alucinaron, los miraban con lupas, se los pasaban, me preguntaban, reconocían textos y autores. Finalmente les propuse que ellos armaran su propio minilibro, para lo cual les había llevado algunas tiras de papel en diferentes colores y tapas. Claro que mi intención era que después, en sus casas o en algún otro momento, los escribieran, hasta tenía temor de que no se engancharan, porque eran muy chiquitos los libros.
Y ahí la sorpresa me la llevé yo, y vaya sorpresa, no solamente armaron los minilibros sino que inmediatamente se pusieron a escribir en ellos, poemas, cuentos, con ilustraciones, tapas y contratapas decoradas, alguno con mecanismo de solapas, otro doble de dos colores diferentes y hasta un álbum de figuritas del mundial 2099. Esos chicos son unos genios y yo me volví a casa con el corazón lleno de felicidad y las ovejitas que se me habían perdido en el cuento. Gracias Melina por la invitación.

Por aquí la entrada que publicaron en su blog acerca de mi visita.




















viernes, 22 de agosto de 2014

Oricuentos en Resistencia

En el marco del 19° Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura organizado por la Fundación Mempo Giardinelli en la ciudad de Resistencia entre los días 13 y 16 de agosto dicté este taller con aproximadamente 25 personas entre docentes y bibliotecarios.
El taller fue durante dos días consecutivos, cada uno de tres horas de duración. A los participantes les entregué una carpeta que contenía un cuadernillo y papeles para plegar. El cuadernillo contenía los objetivos del taller, una breve introducción al origami, los diagramas de las figuras que iba a enseñar a plegar y una breve lista de textos literarios sugeridos para trabajar cada una de ellas en el aula o en la biblioteca.

Esta es la carpeta que entregué:




Y esto decía en la primera página del cuadernillo:

De la literatura al origami
Del origami a la literatura
Propuesta de un camino literario utilizando el origami como estímulo

Este taller nace del deseo de vincular el origami y la literatura. Para eso propone un camino circular que comienza con el aprendizaje del origami y sus técnicas precisas. De ahí se parte a la búsqueda de obras literarias relacionadas con las diferentes figuras aprendidas. Y regresar al origami como disparador de nuevas historias.
El objetivo del taller es que los participantes adquieran los principios básicos del origami y aprendan el plegado de diferentes figuras como así también las herramientas necesarias como para continuar el aprendizaje de forma autónoma.
Y que a partir de eso puedan implementar talleres literarios con los niños, tanto de lectura como de producción de textos, utilizando el origami como disparador y estímulo.


Fue una hermosa experiencia.







martes, 5 de agosto de 2014

Nuestro pedido de paz

El sábado pasado estuve nuevamente dando un taller en la librería El Aleph de Berazategui. Esta vez elegí enseñar la grulla. Me motivaba el momento tremendo que se vive en Medio Oriente. Antes de iniciar la actividad les conté sobre las grullas, su simbología y la historia de Sadaki Sasaki. Después habblamos sobre lo que estaba sucediendo en el mundo y les propuse plegar grullas para pedir por la paz. Fue emotivo comprobar que no solamente los chicos estaban al tanto de lo que estaba sucediendo sino que su mayor deseo era la paz. Así que nos pusimos a plegar. Gracias a los chicos que se acercaron, gracias a Consuelo Nieva de la librería que me convocó y a todos los empleados que plegaron las hermosas grullas que colgaron frente al local. Fue una tarde bella, llena de buenos sentimientos y profundos deseos de paz.




















jueves, 31 de julio de 2014

Paz en el mundo

El 6 de agosto de 1945 Estados Unidos arrojó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima en Japón, matando a más de 150.000 personas, entre los que murieron al momento del estallido y los que lo hicieron en los años siguientes a causa de la radiación que recibieron ese fatídico día.
Sadako Sasaki vivía en Hiroshima y tenía dos años cuando tiraron la bomba. Nueve años después enfermó de leucemia. Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le contó una vieja tradición según la cual los dioses cumplirían el deseo a quien plegara mil grullas. Chizuko le regaló la primera grulla y la alentó para que ella continuara. Sadako tenía la esperanza de curarse y empezó a plegarlas, pero la muerte la alcanzó cuando había hecho 644.
Conmovidos por la muerte de Sadako, los compañeros de escuela decidieron plegar las grullas restantes hasta alcanzar las mil y decidieron hacer un llamamiento para construir un monumento que sirviera para conmemorar a todos los niños que murieron a causa de la bomba atómica. Con el apoyo de más de 3.100 escuelas, no sólo japonesas sino también de otros 9 países, se consiguió el dinero suficiente para construirlo. El Monumento a la Paz de los Niños, también llamado "torre de las mil grullas", se encuentra ubicado en el Parque de la Paz en la ciudad de Hiroshima, mide nueve metros de altura y fue finalizado el 5 de mayo de 1958.


Obra de los artistas japoneses Kikuchi Kazuo e Ikebe Kiyoshi, consta de un pedestal de tres patas sobre el que se sitúa la figura en bronce de la propia Sadako, que sostiene una grulla de origami. En lados opuestos del pedestal están las figuras suspendidas de un niño y de una niña, que simbolizan un futuro brillante y de esperanza. 
Debajo del pedestal, y sobre un mármol negro, está la siguiente inscripción:


これはぼくらの叫びです これは私たちの祈りです 世界に平和をきずくための
Kore wa bokura no sakebi desu. Kore wa watashitachi no inori desu. Sekai ni heiwa o kizuku tame no.
(Este es nuestro grito. Esta es nuestra plegaria. Para construir la paz en el mundo.

Por debajo del pedestal cuelga una grulla de bronce hecha a partir de una antigua campana y donada por el Dr. Hideki Yukawa, ganador del Premio Nobel de Física en 1949. Esta grulla funciona como una campana de viento. De ella cuelgan grullas de papel.


Cada año llegan miles de grullas provenientes de todo el mundo, especialmente en los días en los que se cumple el aniversario de la bomba atómica. Para exhibir esas grullas hay unas estructuras alrededor del monumento

 
Las alas llevan escrita la palabra PAZ.


Información y fotos tomadas del blog Japonismo de Luis Rodríguez y que pueden visitar en el siguiente enlace.