domingo, 29 de abril de 2012

Quilt

Estoy decorando mi habitación y me dieron ganas de probar los quilts de Tomoko Fuse. Son realmente maravillosos. Este modelo está en su libro Origami Patchwork, parece más difícil de lo que es en realidad y queda perfecto. Ahora a terminar el tríptico que quiero hacer.



viernes, 27 de abril de 2012

Y llegó el gran día

Ayer fue la entrega de los premios Sigmar. Un momento hermoso para mí, de esos que perdurarán en mi memoria para toda la vida. 
Por primera vez sentí que estaba más cerca de lo que siempre soñé, que mis palabras llegaran a quienes estaban destinadas, los chicos para quienes escribo. 
Y el afecto que me rodeó hizo de este instante algo mágico e increíble.
Gracias a Norma Huidobro, Ana María Shua y Alicia Salvi, jurado de lujo que me otorgó la mención.
Gracias a Daniela Feoli y Florencia del Campo, editoras amorosas que creyeron en mi novela y la preseleccionaron.
Gracias a Florencia Converso por su cariño y sensibilidad.
Gracias a Roberto Chwat, presidente de Sigmar, por valorar mi obra y decidir editarla.
Gracias a mis compañeras de premio Márgara Averbach, Adriana Maggio y Laura Ormando por su calidez y su talento.
Gracias a Boris, Matías, Tobías y Mauro, mi familia incondicional.
Gracias a mi madre por su presencia.
Gracias a Gabriela, Guillermo, Belén y Andrés, amigos de "fierro" siempre presentes.
Gracias a Pilar Muñoz Lascano, Laura Rozemberg y Raquel Barthe por acompañarme.
Y gracias a todos los que, sin estar físicamente presentes, sé que estuvieron a mi lado, sé que acompañan mi felicidad.

Con Florencia del Campo y Alicia Salvi


Roberto Chwat, Ana María Shua, Norma Huidobro y Alicia Salvi



Con Guillermo, Gabriela, Belén y Andrés


Florencia Converso, Roberto Chwat, Norma Huidobro, Alicia Salvi y Ana María Shua


jueves, 26 de abril de 2012

martes, 10 de abril de 2012

Párrafos descartables

El año pasado mientras corregía un cuento decidí eliminar un párrafo completo. Por un lado porque no era funcional a la historia y por el otro porque me había gustado mucho el germen que escondía.
Y se quedó ahí, en ese lugar de la cabeza en el que guardo las ideas que van a ir y venir, darán mil vueltas, tratarán de esconderse o pujarán por ver la luz y llegarán, las más afortunadas, a germinar en historias.
Esta semilla se clavó en mi cabeza y recurrentemente afloraba como para recordarme que quería ser contada.
Cierto día, mientras miraba por un ventanal un paisaje increíble y no había nadie más cerca excepto la semilla y yo, me senté frente a la pantalla y la dejé salir. Así nació un primer capítulo que plantó la historia y que no me soltó hasta llegar al final.
Y llegó el final. 
Y fue mi primera novela. 
Y al día siguiente, sí, casi sin corrección, la mandé al concurso de Sigmar. 
Y al jurado le gustó.
Y me dieron una mención.
Y estoy feliz.
Y ojalá pronto pueda contarles que ya es libro.

Dejo el link a la página de Sigmar donde anunciaron el resultado del premio.