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lunes, 7 de abril de 2014

Duplicado, mi primera novela

Unas cuantas entradas atrás publiqué sobre la etrega de premios de la editorial Sigmar. Me dieron una mención por mi novela Duplicado. Si bien la mención no implicaba la edición del libro, la editorial quiso publicarlo. Así fue como, en febrero del 2012, firmé mi primer contrato.
Unos meses después salió el libro con hermosas ilustraciones de María Lavezzi, forma parte de la colección Telaraña de la editorial Sigmar.





 
La imagen corresponde a la tapa del libro y la tomé prestada de la página de María Lavezzi, la ilustradora. 
En el link que pongo a continuación se pueden ver más ilustraciones del libro. Y de paso miren el blog de María que es muy talentosa.
http://marialavezzi-ilustracion.blogspot.com.ar/2012/12/nuevo-libro-ed-sigmar.html











Desde entonces anda por ahí. Cumpliendo su destino, buscando lectores. Alejado para siempre de mi lado, disfruta de la libertad que solo siente un hijo cuando deja el hogar paterno.
No he tenido más noticias. Mal hijo que no se comunica de ninguna manera, ni postales, ni mensajes de texto, ni mails, ni señales de humo, nada me ha llegado de él.
Hasta hace unos días.
Resulta que la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas populares) decidió incluirlo entre los 120 libros que envió en marzo de este año a 1229 bibliotecas populares de todo el país.


En el siguiente enlace pueden ver el mapa de las bibliotecas populares del país. http://www.conabip.gob.ar/directorio_bibliotecas_populares/mapa


Viajó apretado en la caja número 2, tímido y avergonzado por los acompañantes que tuvo, hermanito menor de autores a los que admiro.
Lindo destino una biblioteca popular, como dijo una amiga. Porque hace bien saber que de esa manera estará al alcance de todos y no solamente de los que puedan comprarlo.

Foto del contenido de la caja 2. La imagen la tomé prestada de la Biblioteca Popular de San Isidro cuyo sitio es el siguiente:

¡Hoy estamos de fiesta en este blog!

viernes, 27 de abril de 2012

Y llegó el gran día

Ayer fue la entrega de los premios Sigmar. Un momento hermoso para mí, de esos que perdurarán en mi memoria para toda la vida. 
Por primera vez sentí que estaba más cerca de lo que siempre soñé, que mis palabras llegaran a quienes estaban destinadas, los chicos para quienes escribo. 
Y el afecto que me rodeó hizo de este instante algo mágico e increíble.
Gracias a Norma Huidobro, Ana María Shua y Alicia Salvi, jurado de lujo que me otorgó la mención.
Gracias a Daniela Feoli y Florencia del Campo, editoras amorosas que creyeron en mi novela y la preseleccionaron.
Gracias a Florencia Converso por su cariño y sensibilidad.
Gracias a Roberto Chwat, presidente de Sigmar, por valorar mi obra y decidir editarla.
Gracias a mis compañeras de premio Márgara Averbach, Adriana Maggio y Laura Ormando por su calidez y su talento.
Gracias a Boris, Matías, Tobías y Mauro, mi familia incondicional.
Gracias a mi madre por su presencia.
Gracias a Gabriela, Guillermo, Belén y Andrés, amigos de "fierro" siempre presentes.
Gracias a Pilar Muñoz Lascano, Laura Rozemberg y Raquel Barthe por acompañarme.
Y gracias a todos los que, sin estar físicamente presentes, sé que estuvieron a mi lado, sé que acompañan mi felicidad.

Con Florencia del Campo y Alicia Salvi


Roberto Chwat, Ana María Shua, Norma Huidobro y Alicia Salvi



Con Guillermo, Gabriela, Belén y Andrés


Florencia Converso, Roberto Chwat, Norma Huidobro, Alicia Salvi y Ana María Shua


martes, 10 de abril de 2012

Párrafos descartables

El año pasado mientras corregía un cuento decidí eliminar un párrafo completo. Por un lado porque no era funcional a la historia y por el otro porque me había gustado mucho el germen que escondía.
Y se quedó ahí, en ese lugar de la cabeza en el que guardo las ideas que van a ir y venir, darán mil vueltas, tratarán de esconderse o pujarán por ver la luz y llegarán, las más afortunadas, a germinar en historias.
Esta semilla se clavó en mi cabeza y recurrentemente afloraba como para recordarme que quería ser contada.
Cierto día, mientras miraba por un ventanal un paisaje increíble y no había nadie más cerca excepto la semilla y yo, me senté frente a la pantalla y la dejé salir. Así nació un primer capítulo que plantó la historia y que no me soltó hasta llegar al final.
Y llegó el final. 
Y fue mi primera novela. 
Y al día siguiente, sí, casi sin corrección, la mandé al concurso de Sigmar. 
Y al jurado le gustó.
Y me dieron una mención.
Y estoy feliz.
Y ojalá pronto pueda contarles que ya es libro.

Dejo el link a la página de Sigmar donde anunciaron el resultado del premio.