martes, 10 de abril de 2012

Párrafos descartables

El año pasado mientras corregía un cuento decidí eliminar un párrafo completo. Por un lado porque no era funcional a la historia y por el otro porque me había gustado mucho el germen que escondía.
Y se quedó ahí, en ese lugar de la cabeza en el que guardo las ideas que van a ir y venir, darán mil vueltas, tratarán de esconderse o pujarán por ver la luz y llegarán, las más afortunadas, a germinar en historias.
Esta semilla se clavó en mi cabeza y recurrentemente afloraba como para recordarme que quería ser contada.
Cierto día, mientras miraba por un ventanal un paisaje increíble y no había nadie más cerca excepto la semilla y yo, me senté frente a la pantalla y la dejé salir. Así nació un primer capítulo que plantó la historia y que no me soltó hasta llegar al final.
Y llegó el final. 
Y fue mi primera novela. 
Y al día siguiente, sí, casi sin corrección, la mandé al concurso de Sigmar. 
Y al jurado le gustó.
Y me dieron una mención.
Y estoy feliz.
Y ojalá pronto pueda contarles que ya es libro.

Dejo el link a la página de Sigmar donde anunciaron el resultado del premio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno!, las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir, parece que floran en el espacio hasta que aparece su lugar y su momento! FELICITACIONES!!!
Mari Pecora

María Inés Garibaldi dijo...

Muchas gracias!!!

Germán dijo...

Qué alegría. Ya estoy esperando el libro. Abrazo.

María Inés Garibaldi dijo...

Gracias Germán, sin dudas que cuando salga el libro un ejemplar viajará para allá, cariños