viernes, 12 de agosto de 2011

Textos breves para presentar a mis hijos

Tengo tres hijos y estos textos los escribí para sus respectivos cumpleaños. Originalmente los publiqué en Facebook, ahora quiero hacerlo acá.



TENER UN HIJO

de María Inés Garibaldi, el Viernes, 04 de marzo de 2011 a las 11:16

Parirás con dolor, dijo y nos condenó a creer por los siglos de los siglos que tener un hijo era lo más parecido a morir.

Por suerte yo le creí a medias y me animé nomás.

Pocos días antes de nacer mi primer hijo yo estaba de lo más tranquila con mi creencia de no creyente, sabiendo que no iba a caer en la trampa. A mí no me engañaban tan fácilmente.

Entonces fui a un cumpleaños. Al amparo del embarazo comí sin culpas todo lo que el escaso lugar que me quedaba en el estómago me permitió. Fui al baño y noté que había empezado a perder el tapón mucoso, o por lo menos era lo más parecido a un tapón mucoso que me pudiera imaginar. Y me dije, ya falta poco.

Las mujeres de la reunión, encantadoras todas ellas, recordaron sus partos y me los relataron con lujo de detalles. Por suerte yo, con mi creencia de no creyente, les creí muy poco.

Cuando me iba de la reunión, las encantadoras damas, con la mejor de las intenciones por supuesto, me desearon suerte de todas las maneras posibles, me abrazaban, me apretaban el hombro, me sonreían con un dejo de ironía en sus bellos rostros. Y lograron mellar mi confianza. Y me dije, me siento como una vaca camino del matadero.

Y llegó el gran día. Y se restableció mi creencia de no creyente y parí, con dolor claro. Pero, ¿qué es ese pequeño dolor frente a lo inconmensurable de tener a tu hijo en brazos?

Pasaron veintitrés años, pasaron dos partos más y hoy cuando veo a una embarazada le digo, disfrutá que es lo mejor que te puede pasar.

¡¡¡Feliz cumpleaños, Matías!!!

Te quiero


EN ESTRICTO ORDEN

de María Inés Garibaldi, el jueves, 26 de mayo de 2011 a las 10:30

Mis hijos son ordenados.

En el sentido de serie o sucesión, no en el sentido prosaico de mantener las cosas en su correspondiente lugar, para nada, eso va en contra de la naturaleza del ser hijo.

Nacieron en diferentes meses del año. El primero en marzo, el segundo en mayo y el tercero en junio.

Nacieron a distintas horas del día. El primero a las tres de la mañana, el segundo a las cinco de la mañana y el tercero a las once y media de la mañana.

Les dije que son ordenados, ¿o no?

Entonces, para seguir el orden, llegó el turno de Tobías, el que nació en mayo a las cinco de la mañana.

Tobías tiene una particularidad, para algunas personas lleva nombre de mascota. Menudo problema.

No me voy a detener en su defensa dado que no me interesa, simplemente quiero decir que no sé cuál es la diferencia actual entre los nombres de las personas y los nombres de las mascotas. Antes si oías Manchita o Pompón, Duquesa o Bandido sabías que estaban hablando de una mascota. Ya no. Conozco un Alejo, cuadrúpedo, ladra en vez de hablar, aúlla en lugar de llorar y cuando recibe la visita de la madre de su dueña es saludado con un “¿Cómo está mi nietito?”. Pero también conozco Alejos bípedos, parlantes, esencialmente humanos. Y está bien, así son las cosas con los nombres.

Si quieren acepto la rareza del nombre, no me molesta, a él sí en un breve período de su vida.

Pero quién define qué. El nombre nos define o nosotros redefinimos constantemente nuestro nombre.

Y porque creo en esto último digo que Tobías es único, con todas sus virtudes y con todos sus defectos. Con su generosidad y sus desplantes. Con su creatividad y sus berrinches. Con su sensibilidad y su rebeldía. Con su vitalidad contagiosa.

Digo que es mi hijo.

Digo que nació el 26 de mayo de 1990 a las cinco de la mañana.

Digo que Tobías es Tobías.

Y le digo,

¡¡¡Feliz Cumpleaños, Tobías!!!

Te quiero


Y LLEGÓ EL TERCERO DE LA SERIE

de María Inés Garibaldi, el Martes, 28 de junio de 2011 a las 18:23

Mauro, el que nació en Junio a las once de la mañana.

La diferencia de edad que tiene con sus hermanos es considerable. Pero no fue voluntaria.

Yo quería tener otro hijo pero una serie de temas médicos y el diagnóstico final de "va a ser difícil por no decir improbable que puedas volver a tener hijos, pero ya tuviste dos" en las palabras ¿consoladoras? del médico, lo impedían.

Llanto, duelo y resignación.

Pasó el tiempo y llegó la tecnología, y esos tests de embarazo que un día compré, porque sí, porque tenía un leve atraso y no quería hacerme ilusiones en vano.

Y se dibujaron dos rayitas. Y me salieron unas cuantas lágrimas.

La espera se hizo larga. Muchos temores rondaban mi cabeza.

El 28 de Junio de 2001 a las once de la mañana nació Mauro.

Y brilló.

Entró en nuestra casa como un sol radiante que poco a poco nos transformó.

Matías y Tobías aprendieron a ser padrecitos y superhéroes.

Boris y yo reaprendimos el significado de la palabra "paternidad".

Y lo seguimos haciendo todos los días.

Feliz cumpleaños, Maurito.

Te quiero

Mamá

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