La
Casa Cuna es un lugar especial para mí. Allí trabajó durante muchos
años mi padrino el Dr. Enrique Mansilla. Me operaron cuando era chiquita
y fui varias veces con mis hijos.
Hoy volví, está diferente a como lo
recordaba. Mejor, claro, mucho mejor. Me
tocó ir a una sala de espera, donde los niños aguardan para que les
realicen tratamientos.
No voy a ser específica sobre el tipo de
tratamiento, solamente diré que ningún padre quisiera estar ahí, por
nada del mundo.
Me invitaron los Casa Cuna Cuenteros para hacer origami con los chicos. Estos cuenteros son narradores voluntarios, un grupo que se formó hace poco con gente maravillosa que regala una parte de su tiempo para alegrar la espera de esos niños. Estuve con Alejandra Alliende, estupenda narradora y con la mejor de las ondas. Ella narró el cuento El regalo para Juana de María Laura Dedé y después armamos una mesa grande y les enseñé a hacer la ranita saltarina de origami. Fue un momento inolvidable para mí y lo que más satisfacción me dio fue ver a esos chicos (y madres y volutanrias que se prendieron para hacer la rana) felices haciendo saltar sus ranitas. Es una pequeñez frente a la gravedad de sus enfermedades, pero ellos lo recibieron con alegría y lo disfrutaron. Y yo me fui feliz, muy feliz.
Gracias a Laura Ormando por haberme invitado y cuenten conmigo para lo que necesiten.
Me invitaron los Casa Cuna Cuenteros para hacer origami con los chicos. Estos cuenteros son narradores voluntarios, un grupo que se formó hace poco con gente maravillosa que regala una parte de su tiempo para alegrar la espera de esos niños. Estuve con Alejandra Alliende, estupenda narradora y con la mejor de las ondas. Ella narró el cuento El regalo para Juana de María Laura Dedé y después armamos una mesa grande y les enseñé a hacer la ranita saltarina de origami. Fue un momento inolvidable para mí y lo que más satisfacción me dio fue ver a esos chicos (y madres y volutanrias que se prendieron para hacer la rana) felices haciendo saltar sus ranitas. Es una pequeñez frente a la gravedad de sus enfermedades, pero ellos lo recibieron con alegría y lo disfrutaron. Y yo me fui feliz, muy feliz.
Gracias a Laura Ormando por haberme invitado y cuenten conmigo para lo que necesiten.
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