Es cierto, tengo este blog descuidado. También es cierto que hace muchos días que lo único que hago es plegar papel. Como una autómata pliego papelitos uno tras otro en busca de formas, que a veces salen, otras no.
Es una buena manera de atravesar el momento particular que estoy viviendo. Dicen que la concentración es tal cuando se hace origami que no se piensa en nada más. Y eso, a veces, viene muy bien.
Pero, por esas cosas que una no llega a entender del todo, se paralizó el tema laboral por tres meses.
Entonces me pregunto, ¿voy a seguir postergando lo que más me gusta hacer? ¿No es momento de enfrentarme a la realidad que va a ser la mía de ahora en adelante? Es decir, sin trabajo en relación de dependencia y el sueño hecho realidad, mucho tiempo para escribir.
Eso es, MUCHO TIEMPO PARA ESCRIBIR. ¡Qué lindo suena así, fuerte!
A partir de ahora soy escritora de tiempo completo.
Y un poco de origami para descansar y relajarme.
Así que hoy, después de pensar en todo esto, hice una ilustración para un caligrama del circo que va a salir el año próximo en una antología. La ilustración la hice para mí, no es que va a salir editado así. Aunque me hubiera encantado. Tal vez me animo y se la mando a la editora.
No está muy bien, no sé usar los programas de ilustración, entonces lo hice sobre una hoja y lo pasé por el escáner, los colores son más lindos en el original. En el espacio iría el caligrama, que no puse por una cuestión de contrato. Sé que no es gran cosa, pero es mi modo de hacer la transición.
Ahora a sufrir frente a la hoja en blanco.
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