Mi vida de pez adaptado agoniza.
Colapsan los pulmones,
asoman tímidas branquias,
apenas entra un suspiro de aire.
Me ahogo.
Ya llego, mar.
Necesito tu abrazo salino,
acunarme en tu vaivén,
dormir al ritmo de tu nana de encaje,
flotar allí donde agua y aire son uno,
sumergirme en tu abismo
y emerger en el último instante.
Cuando las branquias nieguen mi naturaleza marina.
Cuando los pulmones clamen por su derecho al aire.
Inhalaré vida. Vida.
Exhalaré dolor. El que me atormenta.
Y ya no seré un pez mal adaptado.
Seré mar.
Colapsan los pulmones,
asoman tímidas branquias,
apenas entra un suspiro de aire.
Me ahogo.
Ya llego, mar.
Necesito tu abrazo salino,
acunarme en tu vaivén,
dormir al ritmo de tu nana de encaje,
flotar allí donde agua y aire son uno,
sumergirme en tu abismo
y emerger en el último instante.
Cuando las branquias nieguen mi naturaleza marina.
Cuando los pulmones clamen por su derecho al aire.
Inhalaré vida. Vida.
Exhalaré dolor. El que me atormenta.
Y ya no seré un pez mal adaptado.
Seré mar.
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